Por naturaleza, el individuo rechaza a primer instante conocimientos que no está acostumbrado a practicar, nos han lavado el cerebro por mucho tiempo. Si uno se concentra en el Yo Soy interno, poco a poco empieza a recibir las respuestas anheladas y entre más se haga, la verdad sale a relucir. El Dios interno es el mejor profesor del mundo, puesto que es amor, sabiduría y poder. Cómo ve el estudiante y lector, estos conocimientos y enseñanzas son simples y efectivos. La efectividad al usarla consiste en poner una atención especial y escuchar silenciosa y enteramente con una mente dispuesta a aceptar sin reparos a la divina presencia y al hacerlo comprenderá la verdad que lo colmará de bendiciones al mismo tiempo lo hará libre.
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