Dios se amolda a nuestro nivel de esperanzas, cada uno vive esperando diferentes cosas, Él está dispuesto de brindarle las cosas que uno desea, en el nivel en que nos encontremos, por eso debemos de proyectar pensamientos de abundancia, sabiduría y amor para que Dios tenga la oportunidad de hacerlo realidad en nuestras vidas, siempre debemos estar pensando de atraer las cosas maravillosas del universo. Según lo que proyectemos en nuestra mente se hará realidad, siempre y cuando mantengamos viva esa imagen. Nosotros tenemos la tendencia a pensar que no se harán posibles nuestros deseos y sueños, por consiguiente no llegarán, siempre estamos pensando lo peor, en lugar de lo mejor, creamos hábitos de incertidumbre y miseria.
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