Una razón común
Al venir a este nuevo continente, vinieron con grandes ideales, pero existía en cierto modo contraposición de intereses; uno era el deseo de acumular riquezas, bienes materiales y posición social y el otro el de conseguir un elevamiento interior espiritual. Las tendencias de diferentes corrientes aunque aparentemente contrarias, han logrado en la humanidad, una unión jamás vista; vemos que hay un interés común de intercambiar conocimientos, ideas y descubrimientos; hay un acercamiento entre la ciencia, la filosofía, la psicología y la religión con miras de un elevamiento del yo interior y la relación cercana entre la materia y el espíritu. Están convencidos que existe un raciocinio transcendental, una razón común y que se está ante una conciencia pura y divina de grandes proporciones.
El uso de los medios de comunicación ayuda tremendamente a la transmisión y difusión de nuevos conceptos, principios y corrientes. Notamos que el mundo occidental cada día tiene más influencia oriental; lo práctico, externo y complicado propios de las costumbres occidentales; han sido suplantadas por lo correcto, interno y simplificado de las costumbres orientales. Los conceptos orientales están de moda; el vocabulario como karma; costumbres como tai chi, yoga; conocimientos como meditación trascendental, espiritualidad; están cambiando día a día, estos son asimilados y aceptados como una prerrogativa y realidad; los conceptos nuevos de la era de acuario también pueden ser difundidos a cualquier rincón del mundo de una manera rápida y eficaz, el mundo en cierto modo se ha convertido en más pequeño.
¿Cuándo va a estar en vigencia la era de acuario? ¿Actualmente, ya está en vigencia? Estas son las diversas interrogantes, teniendo las más variadas respuestas; porque se confunden los puntos astrológicos y el de las profecías, lo cual hace difícil saber una fecha concreta acerca de estos acontecimientos, los cuales se pueden asumir solamente por aproximación; nada es concreto y exacto. Las profecías del pasado pueden predecir un futuro factible relacionado con otro, pero somos nosotros los encargados que estos se manifiesten. Las predicciones o profecías pueden cambiar, ya que tenemos la capacidad de aceptar o desechar dichas predicciones; porque tenemos ciertas cualidades y dones unidos a nuestro libre albedrío. Con el uso de nuestro libre albedrío, tenemos el don de precipitar o crear; aceptar o desechar; puesto que estas son las características de nuestra esencia divina.
Extraído del libro «Conciencia Espiritual»